Tay Dall es una artista abstracta conocida por pinturas al óleo cargadas de emoción en superficies inusuales como puertas y contraventanas viejas. "La cultura nos presenta iconos de estados idealizados del ser", dice. "Sin embargo, estos son extremadamente transitorios. Por lo tanto, altero físicamente la superficie de todo lo que pinto, permitiendo que mi voz se escuche. Mis obras expresan muchos sentimientos a través de la línea y el color. Espero que la atmósfera visual resultante conmueva emocionalmente a los espectadores". Tay, de personalidad divertida y con sus 1.8 metros, regresó a Sudáfrica en 1995 después de vivir en Los Ángeles, California durante once años, donde estudió, trabajó y exhibió su trabajo en numerosas galerías. Está casada con su socio comercial, Ben Chowney, y tiene dos hijos, Zoë y Tal. Su casa y estudio se encuentran a lo largo de una reserva natural cerca del hermoso pueblo costero de Hermanus, en la provincia de Western Cape de Sudáfrica. Tay tiene una energía imparable y ha participado en decenas de exitosas exposiciones grupales e individuales. Una confianza emocional y madurez técnica marcan su estilo audaz e innovador.

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Su arte está representado en 34 galerías, en tres continentes, y se ha colocado en numerosas colecciones privadas y corporativas en los Estados Unidos, Europa y África del Sur.

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Tay es una ávida coleccionista de pintura antiguas e interesantes, incluidas puertas, ventanas, contraventanas, trozos de madera y cualquier otro material inusual que pueda encontrar. Algunas de sus obras todavía contienen manijas originales y secciones de vidrieras. "Cada superficie es única y esto afecta la obra de arte final", dice. "Tiendo a ignorar las superficies convencionales. Los artículos Castaway contienen un reino de posibilidades debajo de mi pincel y provocan una verdad irónica sobre mi sentido de la belleza natural".

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Mientras estudiaba arte en la Michaelis School of Art, UCT, Tay dibujó ilustraciones anatómicas para su padre, el cirujano ortopédico, el Dr. Des Dall. Después de estudiar de cerca las operaciones de reemplazo de cadera, produciría trabajos con lápiz finamente detallados que mostraban huesos y músculos diminutos. Éstos ilustrarían sus artículos en el prestigioso British Journal of Bone and Joint Surgery. Luego se inscribió en Estudios Críticos de Cine en la Universidad del Sur de California, seguido de un curso de Multimedia Interactiva en el American Film Institute. Pronto ascendió a las filas de asistente de dirección, pero encontró que el cine era "un medio demasiado colaborativo" y comenzó a administrar una galería de arte y a producir más de su propio trabajo.

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Once años en el crisol cultural de Los Ángeles le dieron a Tay más confianza e inspiración, lo que la llevó a un trabajo cada vez más individual y experimental. "La expresión predominante en mis pinturas no se trata de lo personal, sino de la esencia", dice. "La esencia de la forma abstracta y el símbolo y mi continuo intento de encontrar una realidad esencial".

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El anhelo por Sudáfrica hizo que Tay finalmente regresara. "Me tomó tiempo darme cuenta de que sentía nostalgia. Si no regresas cada pocos años, pierdes el sentido de ti mismo, tu propia cultura es única. Sudáfrica es un país hermoso y hay un ritmo en África que no se siente en ningún otro lugar. "Me siento mucho más concentrada y centrada rodeada de naturaleza - uno no está tan desviado. La iluminación también es diferente y hay más ambiente a mi alrededor.

 

"Pinto por el más puro placer de la creación, por el libre fluir del pensamiento subconsciente, por la necesidad de escapar de los confines de la ley y el orden. Sobre todo, mi arte expresa mi forma de ver las cosas".